El organismo de acreditación nacional entregó el detalle de su informe final, el 20 de junio, con sendas conclusiones del cumplimiento “parcial” del plantel, cuestionando además las contrataciones académicas y obligando a 3 años más para un nuevo proceso de certificación.
“La Institución aún no cuenta con una estructura financiera equilibrada que le permita sustentar su proyecto educativo en un ciclo normal de operación, considerando las elevadas pérdidas operacionales y netas que presenta desde su creación, y que explican la existencia de indicadores financieros ajustados y un patrimonio decreciente”, señala la Resolución Exenta de Acreditación Institucional N° 718, de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), a la cual tuvo acceso EPDNoticias, un informe final acordado en sesión ordinaria del 12 de abril de 2023, que da cuenta de los argumentos de la exhaustiva evaluación del proceso de acreditación institucional de la Universidad de Aysén, que la CNA inició el 31 de agosto de 2022.
Agrega la misma resolución que “las elevadas pérdidas proyectadas para los periodos 2022 y 2023 implicarían incurrir en déficit de caja y patrimonio negativo” y que, en la proyección, “ajustando el crecimiento de la matrícula y de los fondos concursables (regionales y/o privados), la Institución seguiría exhibiendo pérdidas operacionales y netas, con el consiguiente debilitamiento en su posición financiera.”
El documento de 19 páginas, de la CNA, resume el trabajo de diversas instituciones e instancias como un Comité de Pares Evaluadores que visitaron el plantel y emitieron un Informe de Evaluación Externa; un Informe de Autoevaluación, presentado por la propia U. de Aysén; y un Informe Consolidado emitido por la Superintendencia de Educación Superior, entre otros. El proceso tuvo como antesala 7 años de acompañamiento de la Universidad de Chile como entidad tutora.
Por ello, en abril de este año, ya se había conocido el resultado de la Comisión Nacional de Acreditación, que otorgó al plantel aysenino un “Nivel Básico” de acreditación y por un período de 3 años, es decir, hasta el 12 de abril de 2026; pues a su juicio cumple con los criterios definidos en Gestión Institucional y Docencia de Pregrado, en definitiva, sólo 2 de las 5 áreas exigidas, quedando en “rojo”, Investigación; Vinculación con el Medio, y Docencia de Postgrado.
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En Chile, las universidades están obligadas a acreditarse para certificar la calidad en sus procesos, planes de estudio, resultados, instalaciones y procesos internos. Con ello, se habilitan para que sus estudiantes opten a becas, créditos y beneficios estudiantiles estatales, y los planteles puedan tener autonomía, lo cual en el caso de la U. de Aysén -con 8 carreras- por ejemplo, deberá seguir solicitando autorización a la CNA si desea crear nuevas carreras, al no tener autonomía en el pregrado.
Por ello, y tras 8 meses para nutrir el actual informe, resulta importante se conozca el detalle del trabajo de la CNA, el cual se basó en aplicar entrevistas, grupos de discusión y encuestas, y considerando a los distintos estamentos de la comunidad universitaria. Adicionalmente, se utilizaron formularios a evaluadores externos y empleadores, para posteriormente analizar todos los antecedentes y emitir su informe el pasado 20 de junio, el cual está firmado por el presidente del organismo, Andrés Bernasconi Ramírez, y su secretario ejecutivo, Renato Bartet Zambrano, con la exigencia a que la universidad “deberá incorporar a su publicidad información que dé cuenta del resultado del proceso de acreditación”.
PLAN DE MEJORA “INCONSISTENTE”
En el primer antecedente del apartado “Proceso de Autoevaluación”, la CNA explica que el “Informe de Autoevaluación Institucional (IAI) es exhaustivo y devela una disposición a la mejora, reconociendo las brechas existentes entre su estado actual y el deseado. Sin embargo, en su redacción resulta innecesariamente extenso y reiterativo. A partir de la evaluación intermedia de gestión realizada por CNA, la Universidad formuló un Plan de Mejora 2019, el cual consideramos inconsistente entre las debilidades identificadas, las acciones de mejora y los medios de verificación, y cuyo cumplimiento en el logro de los compromisos ha sido parcial.”
En Gestión Institucional, pese a ser un área acreditada, la Comisión asentó que “advertimos una falta de priorización de los propósitos establecidos en el Plan Estratégico de Desarrollo Institucional 2019-2023 y, de igual manera, no observamos mecanismos que aseguren su seguimiento, monitoreo ni evaluación periódica para la toma de decisiones, situación reconocida por la Institución e integrada en su plan de mejora. Por otro lado, es necesario que focalice y defina nichos de acción para establecer su proyección de crecimiento en las áreas de su quehacer.”
En la misma área, pero bajo el ámbito de la Estructura organizacional y sistema de gobierno; se alerta que “es necesario que la Institución evalúe su estructura organizacional y su dotación administrativa, pues se advierte una gran cantidad de órganos de deliberación y gestión y de personal profesional y administrativo, lo que no se condice con una Universidad que recién comienza a instalarse y que cuenta con baja matrícula y escaso personal académico. Ello, a su vez ha implicado un exceso de procedimientos burocráticos, los que imponen restricciones a la fluidez de los procesos, afectando la oportuna toma de decisiones”.
NUMEROSO PERSONAL Y FINANZAS DESEQUILIBRADAS
Los problemas de la administración en recursos humanos, materiales y financieros son el centro de los déficits encontrados en el proceso de evaluación interno en los últimos años.
En Recursos Humanos, donde la CNA menciona que “la Institución dispone de un numeroso plantel de personal no académico, el que aumentó de 28 personas en cargos administrativos y directivos en 2017 a 120 en 2021. Por otro lado, en cuanto al personal académico, su aumento fue de 27 a 138 en el mismo periodo. Consideramos necesario que la Institución fortalezca su dotación académica según líneas de proyección prioritarias para su crecimiento”.
Respecto de los Recursos Materiales de la universidad estatal, si bien se señala que son adecuados, al referir a las dependencias de la universidad ubicadas en Coyhaique: Campus Río Simpson, de 18 mil 534 m2 y Campus Lillo, de 1,622 m2, espacios que son arrendados por el plantel dirigido por Natacha Pino, el informe los declara “insuficientes”.
“La infraestructura con la que cuenta, destinada a docencia, servicios, recreación y esparcimiento, es insuficiente para atender las necesidades de la comunidad universitaria, lo que es reconocido por la Institución e integrado al Plan de Mejora. Por otra parte, la Institución también reconoce que posee mecanismos insuficientes y poco integrados para planificar, evaluar y actualizar la infraestructura y equipamiento para la docencia y gestión, para lo cual también compromete una acción en su Plan de Mejora”, apunta el documento de acreditación.
En cuanto a los Recursos Financieros, el informe de la Superintendencia de Educación Superior concluye que; “la Institución aún no cuenta con una estructura financiera equilibrada que le permita sustentar su proyecto educativo en un ciclo normal de operación, considerando las elevadas pérdidas operacionales y netas que presenta desde su creación, y que explican la existencia de indicadores financieros ajustados y un patrimonio decreciente”.
Argumenta que la U. de Aysén “proyecta elevadas inversiones asociadas a la adquisición de sus instalaciones definitivas, las que serán financiadas mediante fondos propios. Al sensibilizar la proyección, ajustando el crecimiento de la matrícula y de los fondos concursables (regionales y/o privados), la Institución seguiría exhibiendo pérdidas operacionales y netas, con el consiguiente debilitamiento en su posición financiera…”. En este sentido es que la CNA, “a la luz de las conclusiones precedentes, recomendamos a la Institución revisar su estructura de costos y realizar acciones que le permitan diversificar sus fuentes de ingresos”.
¿SE ASEGURA LA CALIDAD DE PREGRADO?
En la segunda área acreditada, Docencia de Pregrado, igualmente es notoria la serie de falencias que, si bien son detectadas e incluidas en el Plan de Mejora del centro de estudios superiores, CNA instala varios “llamados de atención”, más allá de valorar el cumplimiento global de los subítems.
Un ejemplo es Diseño y Provisión de Carreras, en que la comisión acreditadora señala que: “Los recursos disponibles para las carreras han sido incorporados según el avance de los planes de estudios, sin embargo, no apreciamos la existencia de estándares mínimos que aseguren la disponibilidad básica de recursos para el desarrollo del proceso formativo”.
En el mismo apartado se establece que “constatamos que el apoyo de la institución tutora, a nivel curricular, dejó capacidades instaladas, las que hoy permiten a la Universidad realizar ajustes y mejoras en relación con el contexto de la región”.
Pero el caso más preocupante puede ser Dotación Docente; donde se precisa que “el cuerpo académico de la Institución aumentó de 40 personas a 138 entre los años 2018 y 2022, lo que se tradujo en incremento de 23,7 a 68,2 de las JCE en el periodo. En 2022, 79 docentes estaban contratados por hora, mientras que 55 en modalidad a contrata y 4 de manera indefinida. En el mismo año, 38 miembros del cuerpo académico cuentan con el grado de doctor y 30 son magíster, lo que representa un aumento desde 2018, año en que contaba con 12 docentes con este grado. Adicionalmente, cuenta con 62 docentes con título profesional, seis con grado de licenciatura y dos con título técnico. Estimamos que las contrataciones efectuadas a la fecha no obedecen a estudios de requerimientos efectivos de desarrollo académico”.
Adicionalmente, se evalúa que “la Institución lleva a cabo un proceso de calificación docente que contempla la aplicación de una encuesta al final de cada semestre que refleja la opinión del estudiantado. No observamos acciones que se desprendan de esta evaluación”.
Así, en conclusión, el organismo acreditador señala sobre el Plan de Mejora de la universidad estatal de Aysén que: “Constatamos que el cumplimiento de los compromisos establecidos en dicho plan ha sido parcial”.
El informe finaliza que, normativamente, corresponde al Mineduc designar “a otra universidad estatal con al menos cinco años de acreditación institucional para que se desempeñe como institución tutora de la Universidad de Aysén, a objeto que ésta obtenga una acreditación de al menos cuatro años en su próximo proceso de acreditación institucional”.
Por Claudio Díaz P. @claudio_diazp
Periodista