En un fallo que marca un precedente en la lucha contra los delitos sexuales, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Coyhaique condenó a Hugo Humberto Soto Contreras, líder evangélico de 51 años, a prisión perpetua simple por los delitos de violación, abuso sexual, estupro y producción de material de explotación sexual infantil. Los crímenes, cometidos entre 2013 y 2024, fueron denunciados por una de las cinco víctimas en enero del año pasado, lo que desencadenó una investigación exhaustiva liderada por la Fiscalía Local, la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI, el Servicio Médico Legal y el Centro de Víctimas de Delitos Violentos de Coyhaique.
Soto, quien se desempeñaba como líder de la iglesia evangélica “Hijos del Dios Vivo” y presidente de la Unidad de Pastores de la Patagonia, abusó de su posición de poder para cometer estos actos atroces. Incluso dirigió ceremonias religiosas como el Te Deum, mientras ocultaba su doble vida criminal.
El fiscal jefe subrogante de Coyhaique, Luis Contreras, destacó la complejidad del caso y la importancia de la sentencia: “Después de un largo juicio, que fue muy complejo por la cantidad de pruebas reunidas y el número de víctimas, se logró obtener sentencia condenatoria”. Además, explicó que Soto solo podrá optar a beneficios carcelarios después de cumplir 20 años de prisión.
Aunque la Fiscalía confirmó la existencia de más víctimas, sus casos ya habían prescrito, lo que impidió llevarlos a juicio. Sin embargo, este fallo representa un paso crucial hacia la justicia y la reparación para las víctimas que sí pudieron ser escuchadas.
Este caso no solo expone la gravedad de los delitos cometidos, sino también la importancia de seguir fortaleciendo los mecanismos de protección y denuncia para evitar que hechos como estos queden en la impunidad. La condena de Soto es un recordatorio de que nadie está por encima de la ley, sin importar su posición o influencia.